En el reciente viaje que he hecho a Colonia con motivo de la feria de videojuegos Gamefest he podido comprobar dos cosas que me han sorprendido: la eficiencia germánica es un mito y, al menos en Colonia, están en la edad de piedra tecnológica.
Lo primero lo vamos a pasar por alto, ya que si estás en usuarioarraez.com es porque te interesa más lo segundo.
Nada más llegar al hotel te encuentras con la primera sorpresa: la red wifi no funciona.
– Estamos teniendo problemas en el día de hoy con la conexión a internet –te dice la amable recepcionista– y pronto estará solucionado.
– ¿Sabe a qué hora? –pregunto con nerviosismo–.
– Seguramente mañana ya esté arreglado…
¿Mañana? ¡Por Dios! Estás en uno de los hoteles más caros de la ciudad, con motivo del evento de videojuegos más importante de Europa, al que van a asistir más de 300.000 personas, ¿y el wifi estará operativo mañana? ¿24 horas para arreglar una conexión wifi? La recepcionista me miraba con cara de asombro. No entendía mi estupefacta expresión. «Si solo es el wifi» debía pensar.
– Si lo desea puede usar la conexión a internet de su habitación. Tiene un cable habilitado para tal fin. Pero hoy tampoco funciona.
¿Y entonces para qué me lo dices? No daba crédito. Acostumbrados a que en España, tu operador te solucione el problema en esas 24 horas, siendo un particular, sorprende que un hotel, perteneciente a una cadena internacional y sin una sola habitación disponible, pueda estar 24 horas sin conexión a internet. No sé por qué pero me da que esto no pasaría en un Sol Melià, un Barceló o un NH, por citar algunas cadenas hoteleras patrias. Rodarían cabezas.
Los rugidos de mi estómago fueron los encargados de recordarme que hay cosas más importantes que una conexión a internet. Y así, animado por la certeza de que en el bar o restaurante en el que aterrizáramos habría wifi, salimos a explorar los alrededores del hotel. La exploración fue breve. Al grupo nos urgía más rellenar el hueco estomacal que el hueco inalámbrico de nuestros iPads, por lo que entramos en el primer mesón que encontramos. Y efectivamente, como supones, no había wifi.
– ¿Wifi? –dijo con cara extrañada el camarero, como si le estuviera pidiendo un plato exótico de carne interplanetaria– Aquí no tenemos wifi –dice con un cortante tono germánico–
No tenemos wifi me dice el tipo. Claro, para qué queréis wifi. No vaya a ser que ese engendro del diablo, capaz de transmitir por el aire la información se os meta en la cabeza y os vuelva locos. A ver si va a resultar que vuestros clientes, por decir algo, estén más satisfechos si junto al codillo de turno se encuentran con señal inalámbrica en sus smarphones venidos de otros países. ¿Para qué vais a querer wifi, teniendo cerveza, chucrut y chuletas de Sajonia?
El viaje, que ha durado cinco días, ha dejado claro que esto de la tecnología no casa mucho con ciertas zonas del país. Colonia es la cuarta ciudad más grande de Alemania, con más de un millón de habitantes. Una ciudad turística, gracias principalmente a su catedral, una de las más bellas de Europa, y a las preciosas excursiones por el Rhin.
El cauce del río, repleto de típicos restaurantes alemanes, es un páramo tecnológico en el que la sola palabra «wifi» pone los pelos como escarpias al personal. Ni uno solo de los restaurantes visitados tenía. Y la última noche ya era una cuestión personal: debía encontrar un lugar con conexión. Mi peregrinaje por bares, restaurantes, pubs y locales de dudosa reputación me llevó a encontrar un típico pub irlandés que sí tenía wifi… pero que en ese momento no funcionaba. Y ya que estaba, pues me tomé algo. Debía apagar mis penas en alcohol.
Mi ánimo no daba para más. Tenía que madrugar a la mañana siguiente y el asunto tecnológico para el turista en la ciudad de Colonia lo dí por caso perdido. No seré yo quien le diga a los «eficientes» germanos cómo funciona esto de la tecnología, pero más les vale ir poniéndose las pilas, no sea que a los visitantes ya no nos baste con el codillo y la cerveza de turno.
PD: El aeropuerto de Colonia es la excepción. Wifi gratuito en todo el recinto. Así da gusto.
Ahora cuando organizas un evento lo primero que pides es conexión WI-FI