El nuevo Mac Pro fue presentado en junio como el ordenador de sobremesa más potente del mundo. Pero lo que más llamó la atención fue su curioso diseño

Cuánta razón tienen los que dicen que nunca llueve a gusto de todos. Desde hacía años los usuarios profesionales del ecosistema de Apple –léase cineastas, animadores, fotógrafos y demás– reclamaban un nuevo Mac Pro en condiciones. Era necesario un ordenador para entornos profesionales que hiciera olvidar aquel fiasco con forma de papelera del año 2013.

Apple, tras años de quejas, escuchó y ejecutó. Y en junio presentó el nuevo Mac Pro de 2019. Sin embargo, lo que más llamó la atención no fueron ni sus espectaculares características técnicas, ni su descomunal –e incluso diría que excesiva– potencia gráfica, ni mucho menos su precio. Lo que más llamó atención de ese nuevo Mac Pro fue su diseño.

El gurú del diseño industrial, Sir Jony Ive, y todo su equipo en Apple, sacaron de su mágica chistera un ordenador que casi al instante provocó miles de memes y chascarrillos mientras hacía correr ríos de tinta en todo el mundo. A mí, personalmente, ese diseño me parece maravilloso, como todo lo que ha salido en los últimos 20 años de Cupertino. Pero como ya he dicho al comienzo del artículo, nunca llueve a gusto de todos.

En este podcast que emitimos el pasado mes de junio repasamos cómo fue la presentación del Mac Pro y del impresionante monitor Pro Display XDR, una pantalla perfecta para ese ordenador en todos los aspectos. Pero que nadie se lleve a engaño, este es el tipo de ordenador que ninguno tendremos en nuestra casa nunca. Esto es un Fórmula 1 y, para llevar a los críos al colegio, necesitamos un utilitario. ¿Lo pillas?

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